[vc_row][vc_column][ultimate_heading main_heading=»Historias de mostrador II: Sandias y Melones, una carrera de Medio Fondo» main_heading_color=»#444444″ alignment=»left» sub_heading_font_family=»font_family:Lato|font_call:Lato|variant:700″ sub_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_margin=»margin-top:45px;margin-bottom:20px;» main_heading_font_family=»font_family:Open Sans|font_call:Open+Sans|variant:700″ main_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_font_size=»desktop:30px;» main_heading_line_height=»desktop:40px;»][/ultimate_heading][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1587658907435{margin-bottom: 0px !important;}»][vc_column width=»1/4″][vc_single_image image=»4153″ img_size=»full»][/vc_column][vc_column width=»3/4″][vc_column_text]No son pocas las esperanzas que se depositan en la nueva campaña de primavera que recién empieza. Nuestro mostrador las conoce bien, ya que son muchas las conversaciones que frente a él tienen a diario nuestros clientes . Ellos comparten con ilusión y optimismo sus expectativas con los melones y las sandías de esta primavera y lo hacen sin tener demasiado en cuenta los malos resultados de los últimos años, en cuanto a la rentabilidad de estos cultivos se refiere. Para la mayoría de estos incansables agricultores se trata de una campaña rápida, con poco coste en mano de obra y que entienden y planifican en tres etapas bien diferenciadas. Como si de una carrera de medio fondo se tratase y en la que estas, serían sus etapas:[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1587658837093{margin-top: 0px !important;}»][vc_column][ultimate_heading main_heading=»1. La Siembra» main_heading_color=»#007e59″ alignment=»left» sub_heading_font_family=»font_family:Lato|font_call:Lato|variant:700″ sub_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_margin=»margin-top:20px;margin-bottom:10px;» main_heading_font_family=»font_family:Open Sans|font_call:Open+Sans|variant:700″ main_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_font_size=»desktop:20px;» main_heading_line_height=»desktop:30px;»][/ultimate_heading][vc_row_inner][vc_column_inner width=»3/4″][vc_column_text]Dónde cerrar el invernadero lo más herméticamente posible, una buena limpieza, cubrir con manta térmica la planta y utilizar los dobles techos y las dobles puertas para proteger del frío el cultivo; serán tareas más que obligadas. Además de aportar unos grados más en el invernadero, se mostrarán determinantes en la lucha contra insectos vectores, junto a la utilización de trampas cromáticas o la aplicación de tratamientos apropiados. [/vc_column_text][/vc_column_inner][vc_column_inner width=»1/4″][ultimate_spacer height=»20″ height_on_tabs=»20″ height_on_tabs_portrait=»20″ height_on_mob_landscape=»10″ height_on_mob=»10″][vc_single_image image=»4158″ img_size=»full»][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1587658837093{margin-top: 0px !important;}»][vc_column][ultimate_heading main_heading=»2. La Polinización» main_heading_color=»#007e59″ alignment=»left» sub_heading_font_family=»font_family:Lato|font_call:Lato|variant:700″ sub_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_margin=»margin-top:20px;margin-bottom:10px;» main_heading_font_family=»font_family:Open Sans|font_call:Open+Sans|variant:700″ main_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_font_size=»desktop:20px;» main_heading_line_height=»desktop:30px;» margin_design_tab_text=»»][/ultimate_heading][vc_row_inner][vc_column_inner width=»1/4″][vc_single_image image=»4154″ img_size=»full»][/vc_column_inner][vc_column_inner width=»3/4″][vc_column_text]Cuando se ha conseguido el correcto desarrollo vegetativo del cultivo, la siguiente etapa crítica en esta «carrera de medio fondo» sería la utilización de las colmenas para la polinización. Y lo es porque al control sobre la mosca blanca, trips, orugas y enfermedades fúngicas, se añade ahora la dificultad que supone siempre la presencia de las abejas en el invernadero. El asesoramiento técnico y la correcta planificación de los riegos son claves en este momento de la campaña.[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1587658837093{margin-top: 0px !important;}»][vc_column][ultimate_heading main_heading=»3. Los Riegos y el Abonado» main_heading_color=»#007e59″ alignment=»left» sub_heading_font_family=»font_family:Lato|font_call:Lato|variant:700″ sub_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_margin=»margin-top:20px;margin-bottom:10px;» main_heading_font_family=»font_family:Open Sans|font_call:Open+Sans|variant:700″ main_heading_style=»font-weight:700;» main_heading_font_size=»desktop:20px;» main_heading_line_height=»desktop:30px;» margin_design_tab_text=»»][/ultimate_heading][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]La última etapa comienza el día que sacamos las colmenas del invernadero. A partir de aquí todo girará entorno al control de las plagas que debe seguirse con atención y cuidado, especialmente la de oruga. En este momento de campaña, la planificación de riegos y abonados entre técnico y agricultor ofrecerá ciertas garantías a todas esas esperanzas de las que como decíamos al principio, es testigo «mudo» nuestro mostrador de C/Hendaya 22.[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row]